Las
primeras comunidades de la Orden de Predicadores que colaboraron en la
evangelización del antiguo Reino de Quito, pertenecen en su mayoría a la
Provincia de Perú y algunas a la de Colombia. Esta es la cronología de su
surgimiento: Quito (1541), Loja (1548), Cuenca (1557), Baeza (1559), Guayaquil
(1581) y Riobamba (1584).
Obedeciendo
el mandato del Capítulo General de Roma (1583), Fray Sixto Fabro, Maestro de la
Orden, el 24 de octubre de 1584, divide la Provincia de Perú en tres partes:
Perú, Quito y Chile. La Orden de Predicadores en el Ecuador queda formada,
según indicación del mismo Maestro, por las Comunidades de las Provincias de
Perú y Colombia, cuyas sedes misioneras están en las Diócesis de Quito, Popayán
y en la ciudad de Pasto. La erección de nuestra comunidad Provincial se
materializa a fines de 1586, en que aparece su primer Prior Provincial Fray
Jorge de Sosa (1586-1590).
Este es un
hecho que recordamos: un grupo de Comunidades sin desmembrarse de la Orden de
Predicadores, entran en una nueva comunión, comienzan a planificar sus tareas y
adquieren una vida autónoma para encarnarse en la cultura de nuestra región:
todo ello por el anuncio del Evangelio.
En la nueva
Provincia crece el número de los Conventos. Así nacen Ambato (1598), Ibarra
(1605) y Latacunga (1609).
Hay
tres aspectos que caracterizan la fisonomía de nuestra Provincia en sus
inicios. A saber: la inserción en el mundo de los pobres, el incremento de la
vida contemplativa y el cultivo del estudio.
Primero:
La inserción en el mundo de los pobres.
Desde
1553 los Hermanos evangelizan en el Oriente tomando como base de acción la
Parroquia de Baños (Tungurahua). En Quito se crea la cátedra de lengua inca
para todos los misioneros. En 1688 la Santa Sede confía a nuestra Comunidad
Provincial las misiones de Canelos, hoy Puyo (Pastaza).
Segundo:
El incremento de la vida contemplativa.
Se
funda el Monasterio de Santa Catalina en Quito (1594). Allí las monjas se
entregan totalmente a la comunicación con Dios, dan testimonio de oración,
silencio y penitencia y apoyan de este modo la acción apostólica de la
Provincia. Por parte de los Hermanos se crea también en Quito el Convento de la
Peña de Francia (1600). Su finalidad es subrayar los valores contemplativos de
la Orden en medio de la misión evangelizadora.
Tercero:
El cultivo del estudio.
En
la prehistoria de nuestra Provincia aparece el estudiantado (1559) y en sus
inicios posee Estudio General (1591). Por eso el Convento de Quito en el siglo
XVI es centro de formación no solo para nuestros formandos sino también para
clérigos y seglares.
En
1688 se funda el Colegio de San Fernando y la Universidad de Santo Tomás de
Aquino, actualmente Universidad Central del Ecuador.
El
siglo XIX trae consigo dificultades para la Provincia, debido a las tempestades
de la llamada “secularización” y de los comienzos de la separación entre la
Iglesia y el Estado.
Fray
Alejandro Jandel, Maestro de la Orden, envía recursos humanos para fortificar
nuestra vida y misión (1862). Los Hermanos italianos, entre otros aportes,
organizan a los Seglares de la Orden, cuya acción se hizo presente ya en los
tiempos de la colonia.
Hacia
1890 llegan las Hermanas de la Orden a través de la Congregación de las
Dominicas Docentes de la Inmaculada Concepción.
El
siglo pasado cosecha los frutos de la siembra de los Hermanos italianos. Hay
varones de santidad, como Fray Agustín María León, Fray Enrique Mideros y Fray
Tomás Carrión; de ciencia, como Fray Alvaro Valladares, Fray Alberto Semanate,
Fray Ceslao Moreno, Fray Enrique Almeida; y también historiadores, como Fray Enrique
Vacas Galindo, Fray Alfonso Jerves y Fray José María Vargas.
Además
el siglo pasado se caracteriza por tres fenómenos:
-
Primero: Mayor crecimiento de la presencia y trabajo de las Hermanas. Comienzan
a acompañarnos, en efecto, las Congregaciones de Dominicas de Santa Catalina de
Siena de Colombia (1946), la Presentación (1959), las de la Enseñanza de la
Inmaculada Concepación (1960), Misioneras Dominicas del Rosario (1962), y en
los últimos años, las del Santísimo Sacramento, Nazareth, Santa Catalina de
Siena de Estados Unidos, de King Williams Town, de Betania, de Cristo
Sacerdote. Las Hermanas imbuidas del celo de Santo Domingo, dan testimonio del
Evangelio de palabra y de obra, unidas a los Hermanos en la edificación del
Pueblo de Dios y en varios casos acompañando el caminar de los más pobres.
-
Segundo: Esfuerzo por aplicar la doctrina social de la Iglesia entre los obreros
con Fray Inocencio Jácome, y la fundación de dos nuevas Casas de los Hermanos
en Quito: Santo Tomás de Aquino (1962) ahora Convento de Estudiantado, y la
Vicentina (1969).
-
Tercero: La apertura de tres monasterios contemplativos: Caranqui en Imbabura
(1959), San Rafael en Pichincha (1980) y Durán en Guayas (1980).
Después
ad portas del nuevo milenio Fray Timothy Radclfe, Maestro de la Orden funda la
Casa de Postulantado en Quito en 1997, con la ayuda en recursos humanos de la
Provincia de Colombia, ayuda que hasta hoy recibe nuestra Comunidad Provincial.
En el
Capítulo Provincial de 2003 se determinó que el Postulantado sea enviado a la
Casa del Santísimo Rosario de Cuenca (2004), se erige nuevamente el Noviciado
en nuestra Comunidad Provincial con el nombre de Santo Domingo de Guzmán en el
Convento Máximo (2004).
Con la
visita Canónica del Maestro de la Orden Fray Carlos Aspiroz Costa, O.P. de
agosto del 2006 se determinó que los novicios vayan al Noviciado Internacional
de Cuzco en Perú. Con tristeza vemos como en diciembre del 2007 se nos reduce a
Vicariato General.
En
resumen estos años manifiestan en muchos de sus rasgos un esfuerzo por
comunicar vida, sabiduría y sacrificio en pro de la evangelización y vivencia
del carisma heredado, la Predicación.
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